Cada día es más importante la necesaria reducción de recursos naturales en la construcción, la creación de edificaciones de consumo nulo, que nuestros edificios puedan dotarnos de un confort máximo y que sean responsables social y económicamente. Debido a estas razones, se han ido creando métodos de evaluación y certificación de la sostenibilidad en la construcción que están transformando la edificación en todo el mundo.

Por estas y otras razones, nació en Reino Unido en 1990 el sello BREEAM (Building Research Establishment´s Enviromental Assessment Method), certificando hasta la fecha más de 270.000 edificaciones en 63 países de todo el mundo. En España, el organismo encargado de la gestión y certificación es el ITG (Instituto Tecnológico de Galicia).

Lo que tienen en común las edificaciones avaladas por el sello BREEAM es su planificación, diseño y construcción de acuerdo con las mejores prácticas en sostenibilidad.

Además de esto, el sello BREEAM genera importantes beneficios económicos, ambientales, y de salud y confort para los usuarios de los edificios. También reducen los costes de operación, incrementa el valor de nuestros edificios y consigue unas rentas y un nivel de ocupación mayores.

Para la obtención del sello BREEAM es necesario contar con un estudio de arquitectura formado y capaz de poder obtener dicho sello. Además, es necesaria la contratación de forma externa de una asesor licenciado independiente por parte del sello BREEAM, que vela por el cumplimiento de los requisitos que se han diseñado y construido posteriormente.

A través de dichos asesores, BREEAM analiza aspectos con una base científica y que se agrupan dentro de 10 categorías diferentes.

Estas 10 categorías son:

  1. Gestión
  2. Salud y bienestar
  3. Energía
  4. Transporte
  5. Agua
  6. Materiales
  7. Residuos
  8. Uso del suelo y ecología
  9. Contaminación

Para poder generar un ranking en cuanto a los criterios de valoración y que se pueda obtener dicho sello BREEAM

Las edificaciones analizadas se ordenan en función del grado de cumplimiento de dichos requisitos. La escala de valores se ordena de la siguiente manera:

  1. Correcto. Obtendrá más de 30 puntos de la escala de valoración
  2. Bueno. Obtendrá entre 45 y 54 puntos de la escala de valoración
  3. Muy bueno. Obtendrá entre 55 y 69 puntos de la escala de valoración
  4. Excelente. Obtendrá entre 70 y 84 puntos de la escala de valoración
  5. Excepcional. Obtendrá más de 85 puntos en la escala de valoración

Además, según la tipología de nuestro edificio, se optará por uno de los 4 esquemas que estipula BREEAM para su análisis:

  1. Nueva construcción (toda tipología de obra nueva distinta del de vivienda)
  2. Vivienda (tanto unifamiliar como colectiva)
  3. Urbanismo (para nuevos desarrollos urbanísticos o reurbanizaciones)
  4. En uso (para edificios ya en funcionamiento)

Las fases de evaluación se dividen en una fase inicial de diseño, donde se obtiene un certificado provisional y es previo al inicio de las obras. Y una fase final donde se emite un certificado final conforme al estado de dicha obra cuando ya esté en funcionamiento (hasta un año después).

El objetivo que puede buscar un promotor, tanto público como privado, es que su edificio sea reconocido por haber usado las mejores prácticas y tecnologías disponibles en el mercado. Es importante convertirte en un referente en el mercado, al ir por delante de la legislación medioambiental, y que tu edificio y tu empresa sean reconocidos por ello.